Hablemos de fútbol. Imagínense dos equipos. Uno de ellos, llamémosle X, va a disputar un partido 8 días después de jugar, y ganar, su último compromiso. Y lo va a disputar en su estadio, ante su afición, y sin ninguna baja por lesión o sanción. Por otro lado está el equipo Y. Tiene que jugar sólo 3 días después de haber perdido en su estadio con su rival por excelencia. Lejos de casa y sin el apoyo de su afición. Y por si fuera poco, no podrá contar con dos o tres jugadores importantes por lesión.
Con estas premisas, y sin poner nombres a los equipos en cuestión, todo el mundo seguiría la lógica y apostaría su dinero a favor del equipo X, ¿verdad?
Pues bien, esos son los condicionantes del partido que el domingo se disputará en El Molinón. ¿Cuál es el problema? Pues que en el momento en el que a los equipos los llamamos "Real Sporting de Gijón" y "Atlético de Madrid" puede pasar cualquier cosa.

Seguramente durante estas últimas horas tenéis el pensamiento de que si no logramos ganar al Atlético el domingo, no lo ganaremos nunca. Sí, he de reconocer que yo también lo pienso. Sin embargo, también hay que ser consciente de que no es la primera vez que hemos tenido este pensamiento en la cabeza.
Sin ir más lejos podemos recordar cómo llegaba el Atlético de Madrid al primer partido de Liga. Acababa de ganar de viernes al Inter en la final de la Supercopa de Europa. Gran esfuerzo, tres días antes del partido ante el Sporting, pero llegó el lunes... y ¡4-0!
O el año pasado. Nosotros jugándonos la vida. El Atlético visita El Molinón con la mente puesta en la final de la Europa League. Se presenta en Gijón con medio equipo del filial y sin prácticamente ningún titular. Y ni así. 1-1.
Y el domingo, ¿otra vez? Esperemos que no.
Muy currao el blog, enhorabuena!, al atlético... 2-1, y 1 gol de Novo
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